domingo, 23 de septiembre de 2012

Me colabora con el final?

Iban caminando por las calles de los barrios altos con pancartas y carteles, gritaban contra ella, protestaban por su existencia. Era una marcha dura y potente, enfocada en destruir a una sola persona. Él salió corriendo y abrazó a la líder. La acompañó, tratando de calmar su euforia protestante. Llegaron a una casa. Lejos, al otro lado de la ciudad. De quién era la casa? La líder no lo sabía y nunca lo iba a saber. En la casa estaban solos, se abrazaron, rieron. La líder subió la escalera y lo esperó ansiosa. Él subió, la abrazó y rió. Un beso eterno. El mejor beso de sus vidas. Por ahora ...
Invitados. Invitados en la casa, de quién era la casa? Ambos parecían anfitriones, pero no era su casa! Sus planes a solas tendrían que esperar. Había llegado familia. Familia de ella? Familia de él? A pesar de la interrupción eran felices. Estaban impacientes por volver a estar solos, pero felices.
Las horas se hacían eternas. No necesitaban la compañía de nadie más que de ellos mismos y querían que ellos, los invitados, se fueran rápido de su lugar.
Al fin a solas. Se encuentran de nuevo. Se acercan de nuevo. Abrazos. Miradas. Besos. Sentimientos. No existe mayor felicidad que aquella que se produce al tacto entre ellos. No existe amor más grande. No existe el mundo cuando están juntos. No existe ruido, problema, puerta, ventana que los separe y distraiga.


-



No hay desenlace, no quiero continuar la historia porque creo que me da demasiado miedo dar un final, feliz o trágico a mis creaciones. Lo dejo a su imaginación y criterio, si quiere y puede, me escribe y me cuenta que final le pone a la historia. Qué pasa con ellos?

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ser o no ser, quieres que sea o que no sea?

Recuerdo aquellos días en los que aparentemente nada importaba más que lo que pensaran los demás fueran o no fueran amigos o seres queridos.
Recuerdo aquella época en la que reprimía lo que sentía, escondía lo que me gustaba e intentaba ser alguien que no soy para poder encajar con la gente de mi edad.
Recuerdo cuán difícil era, cuánto me costaba, cuánto quería gritarle al mundo que se jodiera un rato y que no podía ser que todos tenían que estar bajo los mismos estándares, bajo las mismas reglas, pensando lo mismo, actuando igual.

Creo que de los minutos más felices que puede tener una persona es aquel en el que uno se acepta a si mismo. Porque claro, es fácil echarle la culpa al resto por llevarte a hacer cosas que quizás no te gustan, pero si uno se quisiera lo suficiente, si uno aceptara al 100% lo que es en esencia, nada te frenaría. Nada podría detenerte, nada podría manejar tu psiquis. Retomando, te aceptas tu a ti mismo y la vida se hace más sencilla, más fácil y llevadera y la gente que te rodea empieza a tener una concepción distinta de lo que eres.

La autenticidad es el regalo más grande que nos podemos hacer a nosotros mismos y a los que nos rodean. El ser fiel a nuestra esencia, a nuestros gustos, a nuestros disgustos es lo que nos lleva a consolidarnos como personas íntegras. No importan los demás. No importa lo que piensen, lo que comenten, lo que hagan, lo que te digan. No importa si no comparten tus gustos, aquellos que son realmente tus amigos van a saber aceptar y querer todo lo que tu quieras, van a saber entender que las diferencias del grado que sean hacen más enriquecedora la relación y la amistad.

Hay que vivir el día a día sin ser mentirosos, sin mentirle al mundo, sin mentirnos a nosotros mismos. Siendo lo que somos es como llegaremos más lejos en la vida. Más lejos, sobre todo, porque así nada malo nos puede tocar. Se tu mismo, quiere lo que eres, ríete de tus errores y siéntete pleno con tus habilidades. Sólo así se puede empezar a querer al de al lado. Sólo así se puede empezar a disfrutar realmente de la vida. Así se dejan los rollos, las peleas idiotas, las malas vibras aparte.

Vengo de un lugar dónde todos están hechos con el mismo molde (o eso parece hasta que algunos demuestran lo contrario). Dónde todos piensan igual, se visten igual, hablan igual, escuchan lo mismo, quieren y odian las mismas cosas. De a poco he visto cómo la gente que me rodeaba se ha empezado a querer a si misma y ha empezado a ser auténtica. De a poco todo se hace más llevadero porque nadie piensa nada de la otra persona, sólo se les respeta y se les estima por lo que quieren y lo que son. Creo que nadie debería ser lo que no es, no hay derecho a que te repriman y menos a la auto-represión.

Estamos hechos para algo, tenemos una misión en este mundo. Una misión que jamás se va a poder cumplir si no se quiere esencialmente lo que uno es.  

Quiérete a ti mismo, quiere a los demás. Haz la diferencia, cambia y acepta el cambio de los demás.

martes, 4 de septiembre de 2012

Operación a corazón abierto

Olvidar es casi tan difícil como superar una operación a corazón abierto y lo que ésta conlleva.

Vas al doctor, te dicen que algo anda mal, agendas una fecha, te preparas nerviosamente para el día, llegas al hospital, te ingresas, te llevan a pre-operatorio y te marcan, te llevan al quirófano, te duermen y despiertas. Despiertas con la garganta seca por la intubación, desorientado por la anestesia. Te duermes de nuevo, bendita inconsciencia indolora. Despiertas en una pieza, sigues sin ubicarte bien y en ese lapso en que la anestesia comienza a abandonarte y la enfermera llega con más morfina, duele. DUELE. Te arde, te sientes ajeno a ti, te dan ganas de gritar, de abrirte el pecho y tomar el corazón con las manos para ver si se calma el dolor. Y toma meses, quizás años, volver a sentirte tal como lo hacías antes de la intervención.

Algo así es olvidar, claramente no tiene preparación alguna. Muchas veces es algo repentino que se debe hacer aún que no se quiera. Desorientación, dolor, angustia. Pero debe hacerse.

La vida pasa, las cosas cambian, las personas cambian, los intereses se modifican. Aquello que pensaste que era para toda la vida .. mal, te equivocaste una vez más.

Si hay algo que nunca se va a aprender en la vida es a olvidar. Cada olvido va a ser distinto al otro, como las operaciones. Puedes estar enfermo y necesitar muchas, pero nunca te vas a acostumbrar, nunca va a ser un proceso relajante y agradable. Siempre hay dolor. 

Y así es como tiene que ser. La vida es el regalo más grande que tenemos, es lo más valioso, pero tiene momentos oscuros y dolorosos. Nada es perfecto. Nadie es perfecto. Muchas veces vamos a ser olvidados y muchas veces nos va a tocar olvidar.

That's just the way it goes ...