Como el ave fénix
que se hace ceniza
y
vuelve a renacer.
He muerto
más de mil veces,
mi cuerpo y mi
alma
han agonizado
en el lecho del
moribundo
y han resurgido
desde el fondo
con nuevas raíces,
nuevos matices,
nuevos
conocimientos.
Jamás dejé de ser
lo que siempre fui.
Jamás dejaré de
serlo.
Estamos creados
bajo un esquema
predeterminado,
una forma de
pensar,
un criterio.
Somos enseñados
para creer en
ciertas cosas,
para apoyar
ciertas corrientes,
para pensar de
determinadas maneras.
Mi ars moriendi.
Mi arte de morir.
Mi forma de morir.
Alcanzar un punto
de algidez en mi
vida,
caer en picada
y morir.
Morir para imitar
el misterio del
fénix
y volver a nacer,
volver a echar
raíces,
volver a aprender
para repetir el
ciclo,
ese ciclo de
muerte
contínuo,
constante
que se repite
una y otra
y otra vez más.
Muy bueno!
ResponderEliminar