sábado, 23 de junio de 2012

Fuck karma


Nunca creí en la suerte, pero ese martes cuando vi el cartel de Tarot en la feria me dieron ganas de entrar a que me vieran las cartas. Entré a la tienda y la tarotista prendió un incienso de manzana, me hizo sentarme y comenzó a barajar las cartas para darme pronósticos amorosos, familiares y económicos. Salí de la sesión que no duró más de quince minutos y me sentí estafada, no le creí nada. Caminé dos cuadras refunfuñando enojada y me caí por un hoyo en la calle, desde ese minuto estoy segura de que el karma sí existe.



100 palabras.

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