viernes, 8 de junio de 2012

Señoras y señores: ser mujer y escuchar rap no es flaite ..

Rap. ¿Qué es el rap? Definiciones hay millones, pero la que más me
gusta es la más simple: R de Revolución, A de Actitud, P de Poesía. Así lo
dice Nach (rapero español y mi iniciador en este estilo) en uno de sus temas.

Estilo, buenas bases, bajos marcados, movimiento de cabeza, beatbox,
rimas invencibles, incontables e, incluso, algunas irrepetibles.

Siempre me han molestado por decirme rapera, siempre hay años de
argumentos: “el rap es de hombres y no de señoritas”, “eres muy “pelolais”
para escuchar esa música”, “rap es lo mismo que fumar marihuana y volarse
todo el rato”, “es música de flaites”, “que tiene de bueno si ni siquiera cantan”
y tantas otras frases que podría llegar a enumerar un centenar de ellas.

Llegó el minuto de dar mi respuesta, mi defensa a este amado y
adorado ritmo musical. El rap mueve masas, el rap es un instrumento
de descarga y desahogo enorme, el rap te inspira, te hace pensar, te
entretiene y te hace reír como también te puede hacer llorar, es consejero, es
compañero de carretes y de viajes.

Para mí, el rap es de cierta forma mi arma secreta, es mi minuto de
meditación diaria (por “minuto” entiéndase tres cuartas partes del día porque
no puedo estar mucho rato sin escuchar música), mi forma de alcanzar mi
estado “zen”. A pesar de que me gustan muchos estilos musicales, me sé
millones de canciones, el rap es un elemento esencial en la vida, me hace
tomarme las cosas con más calma porque sus letras son profundas, creo que
tengo una canción especial para cada sentimiento que tengo, y con estas
canciones aprendí a pensar, porque uno no medita ni piensa más allá las
cosas mas banales de la vida y al final, lo más simple, lo que ocurre todos los
días es lo que más marca y define a una persona.

Crecí escuchando beats y rimas desde chica, los raperos españoles
usaron toda la memoria de mis mp3, y esto siempre trajo consigo bromas
y burlas, “buena, soy la china, soy rapera y no pasa naa” me decían mis
compañeros, cada vez que ponía un tema mi mamá entraba muerta de la
risa haciéndose la hip hopera (con mímicas demasiado graciosas en todo
caso), y más tarde, cuando mi amor por esta música mística fue creciendo
sin medida venían las negociaciones para poder ir a los conciertos, las
bromas con fumarse un caño, la conversación familiar sobre mis dread
locks, en las que opinaba la prima, el tío, la abuela, el papá, los hermanos y
el perro también, y mi manía por mover indiscriminadamente la cabeza sin
importarme quien me viera o donde me encontraba.

Al principio esto era lo peor, era un ataque contra mi persona y
cada vez que me molestaban, PAH! DRAMA, ahora lo tomo con humor,
me río y muevo más la cabeza cuando escucho una base, además lo
aprovecho a fondo porque es una buena arma al conocer a gente nueva.
Lógicamente porque no es lo más común del mundo que una mujer, que más
encima viene de colegio cuico ultra católico de San Carlos de Apoquindo,
escuche esta música masculina de rudos flaites que hablan y hablan sobre
bases monótonas. Me pasa mucho que la gente, sobre todo los hombres
que escuchan rap, me miran y casi que me felicitan, salen temas de
conversación, grupos en común, uno que otro se tira una rima y se conoce
gente muy buena onda que está en la misma parada que una.

Lo mejor del rap es que es una mezcla de cosas; bases, rimas, actitud,
sentimientos; que mueven demasiado, remecen el alma. Hago un punto

sobre la actitud del rapero, porque es muy distinta a la de los demás. Por el
hecho de expresarse tan profundamente en un tema, no se guardan nada,
toda la agresividad, la pena, el dolor, la alegría, las ganas de tirar la talla
quedan ahí, en la letra de una canción que puede ser un temazo que te
acompaña día a día. Por eso doy fe de que los raperos no son agresivos
como se cree, toda su posible agresividad queda ahí, en su arte.

Ser mujer, no vestirse de rapera, pero alucinar con la música, viene
ahora la pregunta típica: “Teni cara de volá, fumai mucha weed ¿o no?” Yo
les pregunto de vuelta: ¿Por qué escuchar rap obligatoriamente te hace
consumidor de marihuana?, no tiene nada que ver… Bueno, es común, lo
admito, pero no es algo general que afecte a todo aquel que escuche esta
música. Depende solamente de uno mismo. Si uno quiere fumar, fuma. Si
uno no quiere fumar, no lo hace. Es así de simple.

Segunda típica pregunta: “¿Por qué te gusta el rap si lo único que
hacen es hablar mierdas contra todo?” ¡FALSO!, extremadamente falso. Hay
raperos que son bastante resentidos socialmente y sí, hablan de que este
país es un asco, que el mundo está mal y que el que tiene plata no vale
nada, pero son una minoría. El rap no busca destruir, sino construir, y lo digo
porque tengo amigos que rapean y porque he escuchado a miles de
exponentes chilenos y extranjeros de este género.

Entonces repito, es rap es bakan, es un modo de expresión con una
mística muy especial que no se refleja en otras artes. Provoca sensaciones,
reflexión, aflora sentimientos, traspasa conocimientos, critica, fortalece,
resalta cosas que nadie más resalta.

Ahora, si ya quiero subirle el ego al rap otro poco, digo que también
saca a gente de las calles y de los malos ambientes. Los
raperos “marginales” chilenos tienen cada vez más éxito. Publican sus
maquetas y sus EP en las cientos de páginas que hay para hacer surgir a los
grupos chilenos (http://portal.imperioh2.cl es una de las mejores), la gente va
descargando el material y así se van oyendo en cada vez más partes. Los
mc’s más conocidos les piden colaboraciones y así, de a poco, se van
consiguiendo eventos cada vez más importantes. Un gran ejemplo de esto
son Liricistas (Maipú) y Chystemc (La Florida), que inician sus carreras
haciendo competencias de freestyle en el barrio, se consiguen a alguien que

haga buenas bases, graban los primeros temas y empiezan a ser
escuchados. Hace poco estos mc’s chilenos tocaron en uno de los eventos
más importantes de este año junto a SFDK, grupo emblema de España, y
ahora se viene otro evento junto a Tote King, otro de los reyes del rap
español.

Y para ir cerrando el tema, el rap no es flaite, no tiene nada que lo
haga ser de menor “categoría” que otros estilos musicales. Creo que di
muchos argumentos para debatir esta afirmación que me hacen cada cierto
tiempo y creo también que nunca he escuchado razones válidas que
respalden la condición rasca que dicen que tiene el hip hop.

Gracias al rap estudio lo que estudio, gracias a él tengo a los amigos
que tengo, gracias a él no me aburro cada mañana en el metro, gracias a él
medito, gracias a él conozco más palabras.

Soy mujer, soy rapera y me llena demasiado que sea así. Y a todos los
rapers les recuerdo: tranquilos, porque como dice el Chystemc “la cantidad
de rap que nos queda escuchar es INFINITA”.

Paz.

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